Cómo funciona una instalación fotovoltaica
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Transformamos la energía, generamos valor
Las instalaciones solares fotovoltaicas son sistemas fotovoltaicos que generan corriente desconectados de una red eléctrica. Para ello se hace uso de paneles fotovoltaicos (la fuente de generación de energía), baterías (sistema de almacenamiento de energía), regulador de carga y un inversor, de este modo el propietario obtiene energía procedente de la luz del sol y gracias al almacenaje en baterías se puede aprovechar en los momentos en los que haya ausencia de sol. A continuación vemos con más detalle de qué trata este tipo de tecnología.
Este sistema no es nuevo, lleva en uso durante años. Estos se diferencian de los Sistemas Fotovoltaicos Conectados a la Red (SFCR) y de los Sistemas Fotovoltaicos Interconectados a la Red Eléctrica (SFVI) en que cuentan con un dispositivo de almacenamiento de energía: las baterías.
Aunque es menos habitual, hay en algunos casos en los que la energía se almacena como energía potencial. Bombeando agua hacia una zona alta en los momentos de más sol para luego desplazarla hacia una turbina si es necesario.
Lo cierto es que este sistema se lleva usando durante muchos años. Este tipo de energía renovable nos permite aprovecharla tanto a pequeña como a gran escala.
Como norma general las instalaciones fotovoltaicas aisladas se diferencian por la tensión de su sistema: según sea con corriente continua o corriente alterna. Vamos a ver algunas de sus diferencias:
Este tipo de instalación, con consumos en corriente continua o off-grid, es el clásico, el más utilizado y extendido hasta la actualidad.
En las instalaciones aisladas realizadas en corriente alterna se utilizará un inversor fotovoltaico para inyectar la energía solar fotovoltaica a la red eléctrica. De este modo, gran parte del consumo es alimentado directamente sin necesidad de pasar por las baterías.
Este sistema está pensado para instalaciones solares de gran tamaño o envergadura. Y estos son algunos de los casos que se pueden dar:
Estos sistemas autónomos, como habrás podido comprobar con la explicación detallada hasta ahora, están pensados para aquellos lugares cuya red eléctrica no está muy desarrollada, nos olvidamos así de grandes ciudades. Estas instalaciones aisladas son útiles en aquellos casos en los que una red eléctrica no está cerca, ya que proporcionan electricidad constante en cualquier momento del día, incluso cuando no hay sol. Los ejemplos de sus aplicaciones se podrían dividir en algunas categorías como:
Por lo tanto, el autoconsumo fotovoltaico aislado podría estar pensado tanto para aplicaciones a pequeña escala donde es la mejor opción para necesidades básicas, ya que el panel solar y la batería tienen muy poco coste y no necesitan mantenimiento. Y también para consumos energéticos mayores, donde se iguala a otros sistema de generación de electricidad como podrían ser los grupos electrógenos, con la diferencia de que no necesita trasladar ningún tipo de combustible como la gasolina, ya que el sol está accesible de forma natural.
Fuente: Anbelo Solar
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